Helios tiene una presencia que no pasa desapercibida. En escena, su mirada y su forma de estar transmiten calma, atención y profundidad. Lleva varios años descubriendo el teatro, formándose con constancia, y más recientemente se ha acercado al mundo del cine, explorando su lenguaje y adaptándose con soltura a los ritmos de rodaje y a la precisión de la cámara.

Tiene una forma muy auténtica de conectar con lo que hace. No fuerza nada, no imita: observa, escucha y construye desde la verdad. Y eso lo convierte en un intérprete natural, con una sensibilidad que va creciendo con cada nueva experiencia.

Le apasiona lo que hace y se nota en su actitud: siempre dispuesto a aprender, a escuchar indicaciones, a probar con humildad y compromiso. En el teatro ha encontrado un espacio donde expresarse con libertad, y en el cine está empezando a dar pasos firmes, con una intuición que promete.

Helios es entrega tranquila, de la que se va haciendo fuerte desde dentro. Y ese tipo de talento, que avanza sin prisas pero con rumbo claro, tiene mucho que aportar.