Hoy queremos darle la bienvenida a Aitana, una persona que llega con esa luz tranquila que no necesita alzar la voz para hacerse notar. Desde el primer momento transmite cercanía, curiosidad y una disposición preciosa por aprender y crecer.

Tiene algo especial en la forma en la que observa lo que la rodea, como si estuviera siempre recogiendo detalles, sintiendo cada cosa con una sensibilidad única. Y eso, en el arte, es un regalo.

Aitana viene con muchas ganas de explorar todo lo que este mundo le puede ofrecer. Se le nota en la mirada, en su actitud, en la ilusión con la que da cada paso. Tiene ese tipo de presencia que no busca destacar, pero que se recuerda.

Estamos seguros de que, con su constancia, su corazón abierto y su forma honesta de estar, irá construyendo su camino de una manera muy suya, muy bonita.

Bienvenida, Aitana. Qué alegría que estés aquí.